"ESTA OCURRIENDO ALGO SOBRESALIENTE EN LA IGLESIA Y SON POCOS, AUN DENTRO DE ELLA, LOS QUE LO VEN"

Rick Joyner

"Más que ninguna otra cosa, debemos buscar que el Señor venga a través de Su pueblo."

El día bíblico comenzaba con la noche y después la mañana. Del mismo modo, en toda la Biblia, primero oscurecía antes de darse la luz. Por lo tanto, cuando nos vienen dificultades, siempre debemos esperar encontrar la luz.

A causa de las aplicaciones equivocadas o exageradas de algunas enseñanzas acerca de la fe, hay muchos cristianos que no hacen caso de las advertencias de que pueda ocurrir algo malo. Creen que si tienen suficiente fe no pasará nada malo. Suelen ser los que están menos preparados para las dificultades y los que menos pueden superarlos cuando vienen, demostrando finalmente que tenían la fe más débil de todos. La Biblia explica muy claramente porqué ocurren cosas malas incluso a las mejores personas como por ejemplo el rey David.

Cuando Samuel profetizó sobre David que él sería el siguiente rey de Israel, no pasó mucho tiempo antes de que el pueblo que iría a gobernar intentara asesinarlo. Parecía ser que estaba ocurriendo lo opuesto de lo que Samuel había profetizado. Sin embargo estas pruebas le convirtieron a David en el gran hombre de Dios que finalmente fue.

La fe puede calmar tormentas y evitar los desastres, pero también puede "navegar" a través de los mismos. Ya que hay profecías bíblicas, algunas incluso dadas por el Mismo Hijo de Dios, el final de esta era será el mayor tiempo de tribulación conocido por el mundo, y ninguna cantidad de fe puede cambiar esto ya que "escrito está". Aun así, la luz siempre seguirá a las tinieblas y la mayor luz suele seguir a las más oscuras tinieblas. Tenemos la luz dentro de nosotros por lo que deberíamos poder ver a pesar de las condiciones en las que estamos.

Aun así, la mayor señal del final de la era no es la tribulación ni lo que está haciendo el diablo, sino lo que hace Dios. La señal más grande del final de la era será la Iglesia convirtiéndose en todo lo que ha sido llamada a ser, preparada como Esposa digna del Rey de reyes. Por eso el Señor, cuando le preguntaron acerca de las señales del final del siglo, respondió con las señales que eran casi todas grandes problemas. Sin embargo, también dijo en Lucas 17:20-21: "Y preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el Reino de Dios, les respondió y dijo: El Reino de Dios no vendrá con observación; ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios entre vosotros está".

Con toda la atención que se presta a las señales externas, muchos están pasando por alto la señal más importante de todas: lo que está ocurriendo en medio de nosotros. Hay algo muy sobresaliente que está ocurriendo en la Iglesia y son pocos, incluso dentro de ella, que lo ven. Hay un poderoso ejército como nunca antes se haya visto en el mundo ni se verá otra vez, que está empezando a formarse. Más que ninguna otra cosa, debemos buscar que el Señor venga a través de Su pueblo.

El modo en que sabemos que una persona ha sido llamada para ser maestro no es por sus conocimientos, sus títulos universitarios ni su elocuencia, sino por ver en ella al "Maestro". Del mismo modo, sabemos que un individuo es un verdadero pastor no por sus certificados ni siquiera por su compasión hacia los demás, sino cuando vemos en él a nuestro Pastor. El modo en que sé que una persona ha sido llamada a liderazgo en la Iglesia es cuando veo a mi Rey que está en ella. Sólo tenemos verdadera autoridad espiritual por medio de morar en el Rey.

El Señor está realmente empezando a salir en Su pueblo. Vemos a verdaderos maestros, pastores, profetas y creo que pronto veremos a verdaderos apóstoles de los últimos días, algunos de los cuales están ahora mismo entre nosotros. Veremos incluso a los débiles en el Cuerpo de Cristo levantarse a modo de guerreros poderosos como David. Vamos a ver grandes hombres y mujeres de Dios que fueron levantados a lo largo de toda la historia de la Iglesia como semillas, con mil como Martín Lutero, mil como Juan Calvino, mil como Juan Knox, mil como John Wesley, mil como Zinzendorf, mil como Billy Graham y muchos más. Todos ellos fueron semillas y vamos a ver la cosecha al final de los tiempos. Sin embargo, lo más grande de todo es ver a Jesús salir de entre Su pueblo.

Cuando el Señor creó al hombre, le ordenó: "fructificad y multiplicaros" (ver Génesis 1:22). Jesús, Hijo del hombre, habrá obedecido esto más que nadie. Estamos llegando a la hora en que todas las semillas que ha sembrado en el hombre llegarán a la madurez completa. Es verdad que las semillas que el maligno ha sembrado en la humanidad están también llegando a su madurez, lo cual pasa en la cosecha: tanto el trigo como la cizaña llegan a su madurez. Aun así, veremos que poder y la gloria del trigo supera enormemente a la cizaña. La verdad prevalecerá sobre toda mentira y la vida prevalecerá sobre la muerte. Este será el testimonio por toda la eternidad de Aquel que vencerá sobre todo desafío.

LA MUERTE SERÁ TRAGADA EN LA VICTORIA

No hay duda de quien ganará la competición. Si moramos en Él no podemos perder, aun si morimos. De hecho, lo mortal será vencido por la victoria de la resurrección. Por lo tanto, ningún cristiano debe temer jamás a la muerte. Si no tememos a la muerte, entonces será mucho más fácil superar todos los demás temores. Los cristianos han sido llamados a morir a esta vida y a morir físicamente cuando sea requerido por la verdad del Evangelio. Sin embargo no hay ningún cristiano que haya muerto que no sienta mucha lástima por aquellos de nosotros que todavía estamos vivos. El mayor deseo de todo cristiano debería ser estar en la presencia del Señor, pero mientras estamos aquí en esta vida, debemos hacer Su voluntad.

Para hacer Su voluntad como debemos primero dejar arreglado el asunto de la muerte y vivir por medio de morir a este mundo todos los días, tal y como dijo Pablo que él moría a diario. No vivía para sí mismo y no moría por lo que pudiera obtener de este mundo, sino del mundo por venir. No podremos vivir esta vida como debemos sin morir a ella como debemos.

Los que realmente han muerto a esta vida serán las personas más libres y felices de esta tierra, ya que para ellos cada día es un regalo. ¿Cómo viviría usted si supiera que hoy es su último día en este planeta? Todas las cosas que son verdaderamente las principales prioridades de su vida se convertirían en su objetivo y las cosas que no lo son, que probablemente en estos momentos consumen casi todo su tiempo y atención serán lo que ya no puede hacer.

Si la mayoría de la atención, recursos y energía de la Iglesia están siendo consumidos por las cosas que probablemente son menos importantes o que dan menos fruto es por el estado de las vidas de la mayoría de los cristianos, así que por eso se traduce a lo que hacemos conjuntamente. Uno de los mayores regalos que hemos recibido es el tiempo. ¿Cómo aprovechamos nuestro tiempo? ¿Cómo cambiarían nuestras vidas si viviésemos como si fuera el último que tenemos sobre este planeta? Viviríamos como lo hizo Jesucristo.

Hay algunas maneras en que vivir cada día como si fuera el último no es práctico. Hay que planificar para el futuro, lo cual se requiere para muchas de las cosas que hacemos. Jesús también hizo esto, enseñando y profetizando sobre el futuro y pasando mucho de su tiempo preparando a las personas a quienes iba a guiar. Lo principal es que debemos ser los mejores mayordomos de aquello que se nos ha confiado. Sin embargo, como ejercicio, intente vivir un día como si realmente creyera que es su último. Esto por lo menos le ayudará a ver lo que es realmente importante.

Debemos haber nacido de nuevo para ver el Reino de Dios, pero no todos los que han nacido de nuevo ven el Reino. Si lo hicieran, no vivirían vidas tan consumidas con las cosas temporales de esta vida presente. Los verdaderos líderes que están preparando el camino para que venga el Reino están viviendo desde una perspectiva del Reino venidero, no esta era presente.

Rick Joyner
MorningStar Ministries