"RESTAURACION DE LA HERENCIA DESOLADA"
Paul Keith Davis

Este junio pasado tuve el privilegio de predicar en un culto de domingo en la iglesia ubicada en la antigua hacienda de Alexander Dowie. Fue vigorizante contar los muchos eventos históricos que ocurrieron en Zión, Illinois al nacer del siglo XX. Queda un pozo de sanidad y una unción precursora para catapultarnos a la plenitud de nuestro destino para esta generación. Esa fue la esencia del mensaje que compartí aquella mañana.

Estar en la propiedad de los Dowie me trajo al recuerdo muchas de las revelaciones que el Señor había compartido conmigo en 1996. Me enseñó sobre la importancia del ministerio de aquel hombre con relación a nuestro llamado actual. A pesar de la proclamación desafortunada que hubo al final de la vida de Dowie, él sigue siendo una figura crucial utilizada poderosamente por el Espíritu Santo para presentar a Cristo Jesús como Salvador y Sanador. Más que cualquier otra figura, ayudó a preparar el camino para los muchos ministerios de sanidad que surgieron durante las efusiones del siglo XX.

En el verano de 1996, tuve varios sueños y revelaciones acerca de Alexander Dowie. Desgraciadamente, en aquel momento yo sólo tenía unos recursos muy limitados acerca del ministerio y la vida de este hombre. Al final de aquella semana volamos Wanda y yo con Rick Joyner a Charlotte en su avioneta privada para una conferencia donde él era el anfitrión. Cuando llegamos a sus instalaciones, pasé por el despacho de Steve Thompson y vi un libro encima de su mesa escrito por Gordon Lindsay sobre la vida de Alexander Dowie.

Le dije a Steve que de hecho yo estaba buscando ese libro a causa de las revelaciones que el Señor me había dado aquella misma semana sobre Dowie. Steve me informó que durante la mañana, el Espíritu Santo le habló acerca de ese libro, y por eso lo trajo a su despacho y lo puso en su escritorio sólo unos momentos antes de nuestra llegada. Yo sentí que esta era la confirmación de la importancia de entender la herencia que puede ser traída a nuestros días.

Después de la conferencia, Rick nos llevó de vuelta a Alabama, y yo aproveché la oportunidad durante el vuelo para echar un vistazo al libro. Con el libro abierto en mi regazo, noté una foto en él de un reloj humano que ponía que eran las nueve. Fue tomada desde una posición elevada donde cientos de sus seguidores se colocaban como un reloj con la hora puesta en las nueve, para recordarles acerca de su llamado de orar durante sesenta minutos a esa hora.

En el mismo momento de ver la foto en ese libro, miré por la ventanilla del copiloto y me fijé en un campo de unos 160 acres que había sido cultivado y elaborado como un reloj con cada una de las doce horas resaltadas. Ni siquiera estoy seguro de cual fue el estado que estábamos sobrevolando pero las probabilidades de que eso pasara justo en el momento cuando estaba mirando una foto del año 1900 de prácticamente lo mismo serían increíbles.

Supe que era una confirmación adicional de parte de Dios acerca de algo importante que hemos de extraer del ministerio de Dowie.

DESCUBRIENDO A JESÚS EL SANADOR

Una de las revelaciones más importantes dadas a este hombre vino en una hora de gran desesperación. Cuando él estaba pastoreando una pequeña iglesia en las afueras de Sydney, Australia, se declaró una plaga horrible en aquella región. La gente se moría por docenas, y Dowie tuvo que celebrar más de 40 funerales en su propia congregación.

Finalmente, tarde una noche, completamente exhausto y en un estado de desesperación, se dirigió al Señor para una respuesta a este insoportable dilema. Dowie escribió de ese encuentro diciendo:
"Me senté con dolor, cabizbajo por mi gente afligida, hasta que las amargas lágrimas vinieron para aliviar a mi corazón ardiente. Entonces oré pidiendo algún mensaje, y, ¡oh, cómo deseaba oír alguna palabra de Aquel que lloró y sufrió por los sufrimientos hace tanto tiempo, el Varón de Dolores y Simpatías! Entonces las Palabras inspiradas del Espíritu Santo en Hechos 10:38 se me presentaron en una luz radiante, revelando a satanás como el profanador y a Cristo como el Sanador. Se me enjugaron las lágrimas, mi corazón estaba firme, vi que las puertas al camino de la sanidad estaban abiertas de par en par."

Hechos 10:38 declara: "Cuanto a Jesús de Nazaret, como le ungió Dios de Espíritu Santo y potencia; Él cual pasó haciendo bienes, y sanando todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con Él"[Reina-Valera].

Al momento de leer este pasaje se le impartió a su alma una revelación sobrenatural. A pesar de que había leído este versículo muchas veces antes, en esta ocasión lo leyó con ojos del Espíritu el cual le dio vida. Se dio cuenta que el diablo era el autor de la enfermedad y la opresión mientras que Jesús es el Sanador-Jesús pasó haciendo el bien y sanando a todos que estaban oprimidos del diablo.

DESDÉN PARA CON LA ENFERMEDAD

Aquella revelación creó un odio en el corazón hacia la enfermedad y la opresión. Tan pronto como hube asimilado la revelación llamaron a la puerta requiriendo su presencia, porque otra jovencita estaba al borde de la muerte a causa de la plaga.

Dowie anotó en su periódico "Las Hojas de Sanidad", como salió de su casa sin abrigo ni sombrero, corriendo a la cabecera de la cama de la enferma, pero esta vez con fe sobrenatural para su liberación. La joven estaba retorciéndose y rechinando los dientes en agonía cuando él llegó. Aunque el médico presente no daba esperanza alguna por su supervivencia, Dowie reprendió aquella declaración y mandó a la enfermedad salir de la muchacha.

No dijo una oración de mera "ojalá pudiera ser", sino que tenía la revelación en su corazón de que era el diablo quien estaba atormentando a esa joven y que el Señor quería sanarla. Al instante, la muchacha cayó en un profundo sueño. Muchos presentes creían que había muerto, pero Dowie les aseguró que estaba sanada. Más tarde se despertó del sueño y tomó un plato lleno de comida. Desde aquel día, ni uno solo de la congregación de Dowie murió de la epidemia.

Esta revelación, nacida de la desesperación, fue el punto de lanzamiento de uno de los mayores ministerios de finales del siglo XIX y principios del XX. Alexander Dowie estableció muchas casas de sanidad, fundó la ciudad de Zión, Illinois, y profetizó muchos de los adelantamientos tecnológicos futuros, tales como la televisión y la radio. Son muchos los líderes notables del principio del siglo XX que surgieron del ministerio y bajo la guía como mentor de Dowie.

Esta es la herencia desolada que tiene que ser restaurada en este día mientras que nos esforzamos por continuar a seguir el Señor, tanto como Salvador como Sanador, durante esta hora de la cosecha.


Paul Keith Davis
WhiteDove Ministries